España es a Nueva Zelanda lo que el Futbol al Rugby
Sacado del Diario de Cadiz
Es paradójico Nueva Zelanda solo ha jugado un Mundial de Fútbol el de España 82 y España solo ha jugado un Mundial de Rugby el del 99, los Rugbiers de España se encuentran igual que los Futboleros de Nueva Zelanda, les apasiona un deporte pero en el país equivocado.
La visión de Wynton Rufer
Sacado del Diario de Cadiz
Es paradójico Nueva Zelanda solo ha jugado un Mundial de Fútbol el de España 82 y España solo ha jugado un Mundial de Rugby el del 99, los Rugbiers de España se encuentran igual que los Futboleros de Nueva Zelanda, les apasiona un deporte pero en el país equivocado.
La visión de Wynton RuferEl ex delantero neozelandés tuvo un sueño divino cuando militaba en el Werder Bremen y ahora enseña a los niños de su país a jugar al fútbol en su academia
Otto Rehhagel, el técnico que hizo de este kiwi de padre suizo y madre maorí un artillero insaciable, llegó a calificarle de iluminado. Precisamente, una visión cambiaría su vida en 1995, cuando jugaba en el Werder Bremen. "Fue un sueño muy fuerte. Dios me pedía que volviera a mi país para enseñar el fútbol a los niños. Y claro está, no podía decirle que no".
Wynton Rufer es al balompié en Nueva Zelanda lo que Tana Umaga o Jonah Lomu al rugby. El mejor futbolista oceánico del pasado siglo e integrante del Club de los 100 jugadores más grandes de la FIFA cumplió el mandato divino y abrió un par de años más tarde en Auckland la academia Wynrs (Ganadores), que hoy día presume de ser el mejor centro de formación de jugadores de fútbol en el país de los temibles All Blacks.
Rufer vive desde entonces embarcado en la mesiánica tarea de relanzar el fútbol con una doble vertiente: por un lado, para devolver a Nueva Zelanda el nivel y el prestigio alcanzado en 1982 gracias a la participación en el Mundial de España, que el ex atacante natural de Wellington disputó con apenas 19 años. Por el otro, está su parte más comprometida socialmente hablando, la de ayudar a jóvenes de clase baja y en especial a hijos de emigrantes y refugiados políticos que llegan hasta las antípodas en busca de esperanza y de un futuro en el que el dolor y la muerte no sean la moneda de cambio cotidiana.
"Para cualquier futbolista es un sueño poder estar en un Mundial. Hacerlo además en un país tan bonito y futbolero como es España y ante tres grandes selecciones como Brasil, la Unión Soviética y Escocia, fue algo inolvidable. La mejor experiencia de mi carrera como jugador", recuerda con nostalgia Wynton sentado junto al ordenador de su despacho, en el que no falta una foto de Rehhagel, su mentor, así como una camiseta de la selección griega campeona de Europa en 2004, dedicada por el preparador alemán. "Otto es un hombre excepcional. Mucha gente se sorprendió cuando ganó la Eurocopa con Grecia, pero a mí no me extrañó. Cuando ganamos la Bundesliga o la Recopa con el Werder Bremen ocurrió lo mismo. Otto es un hombre milagro. Algo increíble, casi divino. Lo aprendí todo de él, su filosofía futbolística y de la vida", dice.
Inconformista y luchador por naturaleza, Rufer desarrolla sus programas formativos al margen de la federación kiwi, con la que está enfrentado desde que renunció al cargo de seleccionador sub 17 que le habían ofrecido para preparar el Mundial de la categoría, que se disputaría en su país (1.999).
"Fue una experiencia nefasta. Es algo que viene sucediendo en muchos países de Africa, Oceanía o Asia. Antiguos jugadores regresan para tratar de desarrollar el fútbol en sus países desde la base, pero no reciben el apoyo necesario de sus federaciones. Traté de empezar a formar chavales desde los 8 años y controlar su evolución y crecimiento, pero tuve que irme porque la mentalidad de la gente es muy estrecha. Era como predicar en el desierto", explica.
La fama y el nombre que se labró en sus tiempos de goleador le ayudan a mantener en vilo su costoso proyecto: "Recibimos fondos privados de Alemania, donde la gente no me ha olvidado. Por desgracia y a pesar de mi exitosa carrera profesional, no he ganado mucho dinero con el fútbol, de modo que esta academia no podría mantenerse sin esos aportes y sin el apoyo económico de los padres".
Wynton Rufer tiene claras sus intenciones. "Tenemos chicos de Somalia, Afganistán o Iraq. Es algo bueno poder ayudarles a tener un futuro y enseñarles que el deporte es uno de los mejores caminos que existen para educarse en la vida y aprender valores tan importantes como la solidaridad, la tolerancia y el respeto a los demás", concluye el que fuera delantero centro del Norwich City, Zúrich, Aarau, Grasshoppers, Werder Bremen, Kaiserslautern, JEF United y Auckland Football Kingz.
1 comentario
Rugby Times -
Por favor, animar a los seguidores de la Piranha. Un cordial saludo. Luis Mari.